Mary Wollstonecraft
Mary Wollstonecraft nació el 27 de abril de 1759 en Spitalfields (Inglaterra) y murió a la edad de 38 años en Londres. Fue una filósofa y escritora inglesa muy destacada en todos los ámbitos de la literatura. Debido a su condición de mujer no pudo acceder a una formación intelectual, junto a un padre derrochador y tirano que malgastó toda la herencia que hubiera podido recibir sus hijos.
Desde la juventud, tuvo que buscar trabajos para poder tener algunos ingresos. Uno de ellos fue el de institutriz que provocó el primer contacto con las letras, se trataban de libros enfocados a que las niñas aprendieran lo que se las exigía, que era más bien poco. Esto la incitó a escribir sus primeros libros sobre literatura infantil y manuales de conducta de carácter liberal.
En 1787, después del fallecimiento en el parto de su gran amiga Fanny Blood, decidió convertirse en escritora profesional, Se trataba de un acto revolucionario ya que si ya para los hombres era difícil abrirse en el mundo de la literatura, para la mujer resultaba una odisea.
Consiguió un trabajo en la editorial del liberal Joseph Johnson y trabajó allí traduciendo obras polémicas europeas, nacidas de la conmoción que traería consigo la Revolución Francesa. Consiguió gran repercusión cuando escribió Vindicación de los derechos del hombre, publicada en 1790 para responder a la visión crítica con lo que estaba sucediendo en Francia defendida por Edmund Burke.En 1792 publicó Vindicación de los derechos de la mujer, en esta obra defendía que si la mujer era más débil o menos hábil para los asuntos públicos, no se debía a ninguna inferioridad congénita, sino a que simplemente no se le permitía acceder a la educación en igualdad de condiciones que los hombres. Sostenía que solo se podría evitar si se implantaba una educación mixta.
Para Mary, el matrimonio era un simple contrato de compra por parte del hombre ya que en ningún caso existía igualdad entre ambos. Se caracterizaba por el escándalo de sus opiniones y su comportamiento vital liberado de cualquier convencionalismo. Llegó a proponerle al artista Henry Fuseli y a su mujer una relación de tres, pero el matrimonio lo rechazó.
Debido al batacazo, decidió marchar a Francia en 1792 justo cuando la Revolución se radicalizaba y se dirigía hacia el terror. Allí se unió a los ingleses expatriados que seguían defendiendo la causa, y fue testigo de la ejecución del rey, algo que la impresionó profundamente. Cuando Inglaterra declaró la guerra a Francia, el Gobierno jacobino prohibió la salida de cualquier extranjero; Wollstonecraft, cercana a los girondinos, vio cómo su situación peligraba por momentos.
En esa situación conoció a Gilbert Imlay, un aventurero estadounidense con el que mantuvo una apasionada relación. Con él tuvo a su primera hija: Fanny Imlay y para protegerla inscribió a Mary como su mujer ante la embajada norteamericana. La relación terminó y cuando regresó en 1795 sufrió de una profunda depresión que provocó dos intentos de suicidio.
Para superar su situación, decidió mudarse con su hija a Escandinavia donde se ocupó de varios negocios de Imlay. Allí escribió Cartas de una breve estancia en Suecia, Noruega y Dinamarca, que trataba el impacto que le produjo la naturaleza y la socedad nórdica con los sufrimientos de su relación con Imlay.
Cuando volvió a Londres, comenzó una relación con William Godwin, un filósofo precursor del anarquismo que se había enamorado de ella al leer sus Cartas. Ella se quedó embarazada y decidieron casarse para proteger al bebé, aunque cuando la sociedad descubrió que no estaba casada con Imlay se produjo un escándalo. Ella y su marido vivían en casas contiguas para mantener la independencia y se comunicaban por cartas.
El 30 de agosto de 1797 dio a luz a su segunda hija: Mary, la futura autora de Frankestein con el nombre de Mary Shelley. Las complicaciones surgidas durante el parto provocaron su muerte al poco tiempo. Debido a la depresión causada por la muerte de su esposa, Godwin pretendió homenajearla publicando una biografía donde se exponía todos sus altibajos personales e intelectuales.
La acogida fue una polémica sin precedentes y durante muchas décadas solo se recordaron los sucesos personales, todas sus obras quedaron ocultas por sus escándalos y no fue hasta el surgimiento del movimiento feminista y en concreto Virginia Woolf quela redescubrieron y se convirtió así en la pionera defensora de los derechos de la mujer.
WEBGRAFÍA
Correcta entrada, Olaya.
ResponderEliminarSaludos